lunes, 1 de septiembre de 2014

¿COMO VENCER LA PEREZA?

                  ¿COMO VENCER LA PEREZA?

La indiferencia conduce a la pasividad y ésta desemboca en la pereza.
Definir el concepto.  ¿Qué es la pereza?   Es el descuido en hacer las cosas que estamos obligados a realizar. Negligencia. Tardo, lento o pesado en el movimiento o en la acción. La pereza es uno de los grandes enemigos del hombre y su desarrollo.
Hay diferentes clases de pereza.  Normalmente pensamos que la pereza sólo tiene que ver con la persona que duerme mucho pero hay otras manifestaciones de pereza.
Pereza mental: El que no quiere pensar.
Pereza sentimental: El que no expresa sus sentimientos naturales, no habla.
Pereza física: El que no quiere trabajar y el esfuerzo físico le abruma.
Pereza espiritual: El que no dedica tiempo a la oración, la meditación y el estudio de la palabra de Dios, no se congrega, etc.
La pereza es una especie de pulpo con muchos brazos para atenazar las diferentes áreas de nuestra vida.
¿Qué produce la pereza?  Este enemigo es un gran productor de males, algunos de ellos muy dramáticos. Veamos algunos ejemplos en el libro de los Proverbios. En este libro de la Biblia encontramos que es un tema que se repite ampliamente.
    Venciendo la tentación de la Pereza
  1. Produce pesadez y sueño.  La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre”  (Pr.19:15).
  1. Produce cansancio y fatiga.  “Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca”  (Pr.26:15).  Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento, y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.  Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado” (Pr.24:30-34). 
  1. Produce argumentos falsos.  El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará”   (Pr.20:4).  “Dice el perezoso: El león está fuera; seré muerto en la calle”  (Pr.22:13).  “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar”  (Pr.26:16).
  2. Produce frustración.  El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada”  (Pr.13:4).
  1. Produce pobreza.  “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado”  (Pr.6:6-11).
  1. Produce muerte.  “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar” (Pr.21:25)


REVELACION Y VIDA

Una fuente continua de REVELACIÓN Y VIDA

Textos claves: (Fil.3:7-1O) (Col.2:1-3) (Is.60:1,2)

UNIDOS CON CRISTO
Nuestra unión con Cristo es tan real que él habla y se expresa a través de nosotros. “Pues buscáis una prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros(2 Co.13:3). Esto que parecería una exageración, es sin embargo, lo normal de una fusión como la que el creyente vive con Cristo. “El que se une al Señor es un espíritu con él” (1 Co.6:17). “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Jn.2:6). Los gálatas lo entendieron así cuando les fue predicado el evangelio por el ap6stol Pablo. “Me recibisteis como un ángel de Dios, como a Cristo Jesús mismo” (Gá.4:14).

RESULTADOS DE ESA UNIÓN

Desde que el hombre perdió la comunión con el Creador, por el pecado, se han hecho toda clase de intentos por regresar a Dios, conocerle, saber donde está Sin embargo, “a Dios nadie le ha visto, el Unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer” (Jn.1:18). Necesitamos, por tanto, identificar al Cristo, el Mesias; y para ello es preciso recibir revelación. Dios se revela a si mismo a través de Jesús. “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2Co.4:6). ¿Cómo viene esa revelación?
  • Por el llamamiento soberano de Dios.
  • Por su gracia. “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo... Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre” (Gá.1:11,12,15,16). “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” (Ef.1:4-6). 
Un ejemplo de la revelación de la Persona de Jesús lo encontramos en la vida del apóstol Pedro. “Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”

(Mateo, 16:15-17).

HIJOS PARA HEREDAR LA BENDICION

Somos hechos HIJOS PARA HEREDAR LA BENDICIÓN
Textos claves: (Gá.1:13,14) (Ef.1:3) (Is.60:1)
UNIDOS CON CRISTO

Nuestra unión con Cristo es la unión con Dios como Padre, y por tanto, herederos de Él. Nuestra unión con Cristo es también la unión con la bendición de Dios. Somos hechos hijos benditos del Padre. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Ef.1:3) “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt.25:34). El hijo pródigo fue unido con el Padre, devuelto a la casa, vestido con la dignidad de hijo y autorizado para heredar (Lc.15:20-24). Fue sacado (redimido) de la maldición de todo tipo de escasez, y puesto en la casa de abundancia. Eso mismo es lo que nos ha acontecido a nosotros cuando hemos retornado a Dios a través de Jesucristo.